Tiburones en el mercado
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Sabemos que la costa del País Vasco francés no está bañada por el mar Mediterráneo, sino por el Atlántico, así que hay posibilidades de que haya tiburones en sus aguas. Lo que ahora también sabemos es que algunas personas comen tiburón en el Pays Basque o, al menos, lo usan en sus comidas.
Fuimos a visitar Capbreton, una pequeña ciudad costera del departamento de las Landas, y nos encontramos con un mercado de pescado fresco en el puerto. Sentimos curiosidad por ver si vendían el mismo pescado que en España y, para nuestra sorpresa, vimos que era posible comprar tiburón. Eso sí, no vimos que nadie lo comprara.
La leyenda de la puerta
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Si visitáis la iglesia Saint-Jean-Baptiste, en Saint-Jean-de-Luz, con la visita guiada que os recomendamos, os daréis cuenta de que corre una falsa leyenda por el pueblo. Haced la prueba, preguntad a cualquier habitante de Saint-Jean-de-Luz por qué la puerta lateral de la iglesia está tapiada. Seguramente os dirá que fue tapiada inmediatamente después de que pasarán por ella el rey Luis XIV y la infanta de España María Teresa el día de su boda para que ellos fueran los últimos en pasar.
Sin embargo, la guía os dirá que esto no es cierto y que la puerta se tapió 4 años después de la boda y por otro motivo. La causa real fue que la puerta estaba mal colocada, daba directamente al altar y, por tanto, no era práctica para que la gente entrada a la iglesia en los días de Misa y se fuera sentando. Por eso, decidieron tapiarla y abrir otra en el mismo lateral, pero que diera a la parte trasera de la iglesia.
Lauburu
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El lauburu o cruz vasca es el símbolo del País Vasco francés y, literalmente, quiere decir cuatro cabezas. La cruz vasca representativa es de color rojo, pero las hay también de metal, verdes, blancas, azules o con los tres colores de la Ikurriña (rojo, verde y blanco). De todos modos, aún no se ha determinado su significado simbólico.
¿Se ve o no?
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Paseando por Capbreton nos encontramos con una escena bastante curiosa. Los franceses son originales hasta para poner la hora. Por si no se veía suficientemente bien, por si alguien no se había fijado en la hora en que hay vigilantes en la playa, la pusieron con una matrícula.
Muy curioso lo de la puerta tapiada, a veces las leyendas esconden verdades mucho más lógicas de lo que pueda parecer. Y muy bueno lo de la hora-matrícula! jaja
ResponderEliminarLa verdad es que sí. Es mucho más mágica la historia que explica la leyenda, pero la realidad es mucho más lógica.
EliminarNos llamó mucho la atención la originalidad de poner una matrícula para señalizar la hora, jaja.
Muy aportador gracias por hacernos aprender algo de los vasco franceses.
ResponderEliminarMuchas gracias por leernos. Nos hace mucha ilusión poder compartir con otras personas y bloggers las experiencias que vivimos.
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